Es sorprendente la cantidad de cosas que terminamos guardando. Nuestras casas y nuestras vidas, hacen de almacén continuamente. Al igual que la mente, los pensamientos al azar entran y salen todo el tiempo, como si nuestro cerebro fuera una máquina con el piloto automático puesto. Intenta concentrate en el silencio un minuto y verás lo difícil que resulta.
Con la casa sucede lo mismo: en cada esquina, en cada habitación hay objetos de todo tipo, cosas grandes, pequeñas, recuerdos, cosas útiles y cosas que llamaremos residuales. Estas cosas residuales son las que nos molestan y nos producen stress. La energía se transforma en negativa cuando vivimos con las habitaciones desordenadas, los armarios atiborrados y los escritorios donde trabajamos con montones de cosas.
Normalmente no nos damos cuenta de ello hasta que nos mudamos de casa. Este es el momento ideal para prestar atención y deshacernos de todas esas cosas residuales para comenzar una nueva vida en el nuevo hogar.
Algunos consejos:
- Las cosas residuales son subjetivas: lo que puede ser la posesión mas preciada de alguien, puede ser residual para otra persona. Cada persona es la que debe definir lo que es residual y lo que no.
- Guarda los objetos queridos, todo lo que te haga sentir feliz, que te haga reír y que te inspire es algo valioso para ti, ya que proporciona energía que te alimenta.
- Deshazte de los objetos que traen malos recuerdos. Todo lo que te provoca dolor o angustia, te evoca malos recuerdos, te agota psiquicamente, son objetos residuales. Debes deshacerte de ellos para que la mala energía que estos emiten no ingresen al nuevo hogar.
Fuente: Imagen e info tomada de la web.
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Ma.Elena Gutiérrez
Consultora Feng Shui