Despejar la casa de objetos inútiles es el mejor antidepresivo que existe, ya que el aire añejo y estancado que normalmente se pega a los objetos quietos o inmóviles de la casa hace que a menudo el chi del entorno se vuelva pesado, creando vibraciones que te hacen sentir deprimido.
Hacer el esfuerzo de despertar el chi de tu espacio vital cambiando los objetos de sitio -no necesariamente los objetos, sino todas las cosas que se han ido acumulando durante los años- suele ser tan efectivo a la hora de mover el chi, que levanta el ánimo de una manera sorprendente para el que lo observa.
Una cierta ligereza empieza a invadir el ambiente, semejante al efecto de 1 hora de gimnasio. Despejar la casa implica tanto la dimensión física como la mental del ser. Es una tarea físicamente dura, pero también es muy relajante.
A medida que se van apilando las bolsas de basura es como sí, al liberar el chi a tu alrededor, tus ánimos también se liberarán. La depresión se esfuma y, al finalizar la limpieza, te lo puedo asegurar, te invade un sentimiento genuino de renovación.
Una cierta ligereza empieza a invadir el ambiente, semejante al efecto de 1 hora de gimnasio. Despejar la casa implica tanto la dimensión física como la mental del ser. Es una tarea físicamente dura, pero también es muy relajante.
A medida que se van apilando las bolsas de basura es como sí, al liberar el chi a tu alrededor, tus ánimos también se liberarán. La depresión se esfuma y, al finalizar la limpieza, te lo puedo asegurar, te invade un sentimiento genuino de renovación.
